3 Febrero 2016

Cada vez son más las carretillas elevadoras y de almacén que están equipadas con sistemas que reducen automáticamente su velocidad, por ejemplo, en las curvas. Para un fabricante se trata de "control en la curva" o "control de velocidad en la curva"; para otro es "asistencia en la curva". El funcionamiento es a grandes rasgos más o menos el mismo: la velocidad de la carretilla se ajusta de forma automática cuando el conductor toma una curva. Obviamente, la forma en que esto ocurre varía de un sistema a otro. En el caso más ideal, la reducción de velocidad debería depender de la manera en que se coge la curva. Si el conductor entra en una curva abierta con lentitud, la velocidad casi no necesita modificarse. Sin embargo, si la curva se coge a mucha velocidad con un giro abrupto, el sistema debe intervenir de forma progresiva. En este caso el giro del volante codetermina el grado de intervención. Después de todo, una curva suave es menos peligrosa que una pronunciada.

Mayor seguridad

Como se ha afirmado, no todos los sistemas de reducción de velocidad son iguales. En algunos sistemas la reducción de velocidad será menos fluida y natural que en otros. Independientemente del nombre del sistema y de la suavidad en la reducción de velocidad, este tipo de inteligencia integrada es, en cualquier caso, más que una estrategia de marketing. Ajustar la velocidad a las condiciones del almacén siempre tendrá como consecuencia una mayor seguridad en el lugar de trabajo. Incluso los sistemas que minimizan el riesgo de volcado no pueden eliminar el riesgo por completo. Una vez más, reducir la velocidad es la única respuesta lógica.

Inteligencia y fluidez

Hay sistemas que llevan el concepto un paso más allá. Así, la tecnología RDS (Responsive Drive System) de Cat® Lift Trucks no solo reduce la velocidad de la carretilla elevadora. La carretilla responde a las acciones del conductor con tanta naturalidad que parece saber qué quiere el conductor.

La carretilla responde no solo a la forma en que se pisa el acelerador (deprisa o despacio), sino también al modo en que se accionan las funciones hidráulicas. La carretilla selecciona automáticamente el ajuste correspondiente en función del comportamiento del conductor. Todos los movimientos, como la aceleración, el frenado y también el funcionamiento del mástil, se vuelven extremadamente fluidos. ¿Y el rendimiento? Esto se eleva automáticamente a un nivel superior. En definitiva, hay evidencia suficiente para demostrar que la inteligencia incorporada es mucho más que una estrategia de marketing. Elija el sistema adecuado y tanto la seguridad como la productividad se beneficiarán de él.

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