4 Diciembre 2014

Justo cuando parecía que los avances en los sistemas de identificación por radio frecuencia (RFID) se habían tomado un descanso, llega la liga de fútbol americana para cambiar el juego.

Ruari McCallion nos informa del nuevo reglamento.

La visión de dos hombres de más de 100kg equipados con casco y coraza chocando es una sensación para los ojos y los oídos. El impacto es ruidoso y se muestra tan violento, casi definitivo, que es increíble ver a los combatientes levantarse sin asistencia —en vez de ser trasladados en una camilla— y repetir la acción al cabo de unos minutos. El contacto físico es parte del fútbol americano y, a partir de septiembre de 2014, está ofreciendo información de la que los profesionales en la manipulación de materiales deberían tomar nota.

Desde comienzos de la temporada 2014, la Liga Nacional de Fútbol, el ente que gobierna el fútbol americano, ha autorizado el uso de etiquetas de identificación por radio frecuencia (a partir de ahora RFID), que se insertarán en las hombreras de los jugadores. Las etiquetas son del tipo “activo”, lo que quiere decir que activamente emiten información a una red de 20 receptores que se han instalado en 17 estadios por todo Estados Unidos. Se usarán en los partidos de los jueves por la noche.

Una nueva página en el libro de jugadas

Las etiquetas registrarán la posición de los jugadores, su velocidad y la distancia y crearán un nuevo tipo de estadísticas a tener en cuenta y a disposición de los comentaristas (aunque no es que a estos les haga falta más información para comentar). Los televidentes también podrán participar, pues los datos se mostrarán en las pantallas. Pero, ¿por qué habría de interesar esto a los profesionales de la manipulación de mercancías?

Como se ha señalado al principio de este artículo, los jugadores de fútbol americano chocan entre ellos con una fuerza extrema. También corren y aceleran con cifras fenomenales. La velocidad es uno de los factores por los que este artículo merece tenerse en cuenta. Cuando eureka trató el sistema RFID por última vez, hace tres años, uno de los mayores retos para que se adoptara de manera general era el hecho de que los receptores de señal no podían registrar con fidelidad etiquetas que se movían a 16,09km/h o más (exactamente sobre 10 millas por hora). Esta velocidad es mayor que la velocidad al caminar de una persona, pero ligeramente menor que la velocidad normal a la que se opera una carretilla elevadora, y mucho menor que la velocidad a la que se mueven la mayoría de cintas transportadoras.

Más rápido, más fuerte

Sin embargo, los futbolistas americanos habitualmente alcanzan velocidades cercanas a los 30km/h (o justo sobre las 30 millas por hora). Puede que no mantengan esa velocidad por largos periodos de tiempo, pero la alcanzan; y si el sistema de etiquetas con identificación por radiofrecuencia tiene que funcionar en el campo de juego y transmitir los datos, tiene que ser capaz de trazar las etiquetas con fidelidad a esas velocidades. Por otra parte, las etiquetas no pueden ser como delicadas flores; tienen que ser capaces de sobrevivir los impactos y el juego brusco característico del fútbol americano. Esto supone un verdadero reto para Zebra Technologies, su maquinaria y tecnología. Witold Bahr, asistente de investigación en la Facultad de Ingeniería y Ciencias Aplicadas de la Universidad de Aston, en Birmingham, Inglaterra, ha estado trabajando en el campo de la identificación por radiofrecuencia durante varios años y se ha interesado por este proyecto.

“Las etiquetas son aproximadamente del tamaño de una moneda de 50 peniques (27mm, similar al tamaño de la de 2€) y funcionan con pilas, similares a las que se usan en los relojes de muñeca”, nos cuenta. “Zebra asegura un alto nivel de precisión, en el rango de los 30cm, aunque puede ser mejorado a 10cm con fórmulas matemáticas específicas. Es una aplicación muy interesante”. Sorprendentemente, sin embargo, esto no representa en realidad una novedad reciente.

Evolución e incremento

“No indica progreso por sí mismo; es utilizar la tecnología existente en una nueva área”, nos cuenta Bahr. Pero el reto del movimiento parece que se ha superado totalmente. “Eso es por el uso de tecnología activa, que puede trazar velocidades más altas. La clave es el uso de etiquetas RFID activas. Con la energía de una pila pueden transmitir una señal más fuerte, sobre mayores distancias”. Y volviendo a la aplicación del sistema RFID en el sector de la manipulación de mercancías, Bahr nos cuenta que incluso la tecnología más sofisticada está mejorando en términos de aplicación práctica.

“El desempeño de las etiquetas pasivas de RFID en velocidades bajas está mejorando”, nos explica Bahr. “Es necesario que alcancen ciertas condiciones para conseguir el mejor desempeño. Necesitan tener la orientación correcta y no tener interferencias de metales o líquidos, aunque incluso estos problemas pueden reducirse utilizando antenas más grandes. Además, las etiquetas tienen que estar en el rango de operación de los lectores”. Este último punto podría parecer obvio, pero sirve para enfatizar la importancia de la planificación y de aceptar consejos de expertos, desde proveedores hasta grupos de investigación como el de la Facultad de Ingeniería y Ciencias Aplicadas de la Universidad de Aston.

Aunque no ha habido avances que hagan temblar el mundo ni siquiera que merezcan grandes titulares, en los últimos años ha habido mejoras constantes en la tecnología RFID y una creciente conciencia e implementación de proyectos, especialmente en el sector alimentario y del comercio al por menor. Los sistemas RFID tienen características que podrían ser particularmente interesantes para controlar ropas de alto valor añadida y para mejorar la trazabilidad en la venta al por menor de alimentos.

Cuanto más claro, más exacto

“Estamos viendo un aumento del uso de tecnología RFID para mejorar la exactitud en el control de inventarios, para acelerar la reposición y la disponibilidad”, nos cuenta Bahr. “Patrizia Pepe, la marca de moda italiana, ha multiplicado por dos el número de productos que cada centro de distribución puede gestionar. Charles Vögele, un minorista austriaco, traza la mercancía todo el trayecto desde Asia a sus tiendas en Europa. Gerry Weber, un fabricante alemán de ropa femenina, utiliza sistemas RFID para reducir los hurtos y mejorar la visibilidad de su inventario. Vemos aplicaciones en el sector de la salud, en el sector productivo, aeroespacial y en otros muchos sectores. Aldi y Lidl, los supermercados europeos, utilizan la tecnología para monitorizar y trazar alimentos tales como las pechugas de pollo”. Algo muy oportuno, dadas la reciente preocupación respecto a la composición de los productos cárnicos como las hamburguesas. Así que, ¿qué tienen en común 200kg de futbolistas americanos, un trailer de ropa femenina y un kilo de ternera picada? Las etiquetas RFID, por supuesto.

Caso práctico: Marks & Spencer

Marks & Spencer, el minorista internacional radicado en el Reino Unido, tiene un volumen de ventas de 10 billones de libras distribuido casi proporcionalmente entre alimentación (51%) y “mercancía general” (49%), principalmente ropa. Ha estado usando sistemas RFID en sus alimentos desde el año 2000, empezó a hacer pruebas en los productos textiles en 2003 y decidió implantar la tecnología en 2005. No es un proceso simple, sin embargo, la compañía tiene 1180 tiendas en 53 territorios, junto con 2000 proveedores. La decisión de implantar la tecnología en todo su stock se acordó en 2012.

Los objetivos de negocio eran:

  • Obtener y mantener información exacta de la ubicación del stock en cada tienda.
  • Mejorar la verdadera disponibilidad de tallas y colores para el cliente.
  • Aumentar la satisfacción del consumidor y reducir el tiempo que los empleados dedicaban a inventariar manualmente.
  • Conseguir un aumento de las ventas y una rápida rentabilidad de la inversión (ROI, return on investment).

La ropa llega a la tienda con las etiquetas de RFID aplicadas por el productor, más de 200 fábricas en 20 países. En las tiendas los productos se scanean con un lector manual del tipo Gen 2 HHT. Los totales se transmiten a la base de datos central de Marks & Spencer y las reposiciones se ordenan automáticamente.

Marks & Spencer describe que el etiquetaje RFID posibilita reposiciones más exactas y mejora la disponibilidad de los productos en todas las tallas y colores, lo que supone un aumento de las ventas. La compañía dice que el sistema RFID ofrece la exactitud necesaria en el control de stocks para un minorista multicanal; y enfatiza que una buena gestión en el cambio y redactar informes de conformidad son esenciales.

Ruari McCallion

Agradecimientos a Witold Bahr, University of Aston, Birmingham.

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